Extrañando en la playa

Mientras estoy sentada en el camastro, con arena en los pies y el sol tímido detrás de las nubes, veo en el mar esa pareja de amigas flotando entre olas y platicando. Todos los días, desde el sábado, hacen lo mismo, después de desayunar con la familia, se quitan el short y la playera y se meten corriendo al mar, sin miedo, confiadas de conocerlo y conocerse. Y ahí se quedan largos minutos entre conversaciones interminables que empezaron al despertar, y continuarán mientras caminan en la playa, mientras toman el sol, hasta que se vayan a dormir. Seguramente las mantendrá despiertas hasta la madrugada, seguramente querrán que la noche se alargue para seguir platicando y, cuando al fin se duerman, esperarán con ansia que llegue la mañana para seguir compartiendo sus sueños, sus pensamientos, sus sentimientos por el resto del día.