mayo 05, 2005

Chaquetero

Ayer miércoles, Eréndira y yo decidimos que era un buen día para ser totalmente mexicanas, disfrutar a ese naco que guardamos en los rincones más oscuros de nuestro ser y aprovechar el 2x1 del cine. Así que nos preparamos y buscamos la peor basura en la cartelera la cual no fue muy difícil de encontrar: "Una niñera a prueba de balas" con Vin Diesel en el mejor papel de su carrera, hermoso, sin duda una gran opción para esa noche fullnaco. La cineguía de reforma.com nos dijo que la versión en inglés se encontraba en el elegantísimo cine Gaba Continental, mejor conocido como El Castillo de Disney allá en los ochentas, ¡perfecto! –pensamos– nos queda a unas cuadras de nuestras casas y nos vamos caminando. Y así lo hicimos, anduvimos orgullosas por las calles donde colindan la Narvarte y la del Valle hacia nuestro destino, llegamos a esa surrealista esquina en la que conviven una taquería, un cafecito, un banco, un bolero y una sala de cine, oscura y decadente, compramos los boletos, una cubeta de palomitas conmemorativa de los Increíbles y dos cocotas, todo por tan solo 100 pesitos, perfecto para los paupérrimos tiempos que vivimos.

Antes de comenzar la película. Nos sentamos en las sucias mesas de madera pintadas de rojo y amarillo que decoran el "lobby" y sostuvimos una amena conversación sobre las tetas gigantes de una warrior que metieron al BigBrother VIP y que, al menos Eréndira, no tenía el placer de haber visto, todo enmarcando el perfecto miércoles de cine fullnaco que teníamos planeado. Mientras esto sucedía disfrutábamos de el desfile de freaks, familias y pubertos mutantes que salían de otras funciones. No solo el cine era feo, también la gente que asiste, de verdad, una niña de 12 años con caderas y tetas de señora de 50 o una señora de 50 con cara y estatura de niña de 12, un puberto en baermudas largas con playera larga y bigote de leche, todo un espectáculo. En fin, minutos después entramos a la sala, bastante vacía, por suerte, con algunos niños que ya empezaban a gritar, las luces bajaron y comenzó la proyección, sin anuncios, ni trailers, nada, directo al logotipo de Buenavista Entertainment, así que nos preparamos para disfrutar nuestra película. Abre una escena de acción en la playa, unos hombres rana salen a la orilla, entre ellos Vin Diesel, quien se voltea y da su primera línea ¡EN ESPAÑOOOOOOOOOOOL! con uno de los peores doblajes que he visto en mi vida. Esto era el colmo del día, era la culminación de la naquez del miércoles de 2x1, era, en un sentido muy torcido, perfecto.

La pelícual transcurrió normalmente –en apariencia–, los niños gritaban y hacian preguntas, una pareja de hommies nos pateaban el asiento, la gente reía poco y nosotras también, disfrutábamos de la sorpresa de que la película pudiera tener una escena peor que la anterior siempre. Así iba todo cuando la luz del letrero de NO FUMAR me llamó a voltear a mi derecha, sólo para descubrir, unas filas más adelante a un patético ruco viéndome las piernas y dándose placer a sí mismo –jalándosela, pues– por un segundo nuestras miradas hicieron contacto –creo– y él saboreó el momento haciendo primitivos movimientos con su lengua. En ese momento yo perdí toda dignidad y me quedé paralizada, no hice nada, ni un movimiento, salvo bajar las piernas del asiento y hacerme bolita, pero ningún acto de defensa, ¡nada! Simplemente me quedé ahí, intentando ver la película sin decir o hacer nada, nunca pensé que mi reacción natural ante una agresión como esta fuera esa, asustarme. Me asusté tanto que no pude hacer nada. ¿Qué puede ser más deprimente que eso? Yo, que me gusta pensarme como una mujer fuerte y liberada, paralizada por el hecho de que un cerdo se la jale mientras me ve en la oscuridad de un cine. Terrible.

Poco antes del final de la película, encontré el momento oportuno para decírselo a Eréndira, y, cuál sería mi sorpresa, se quedó paralizada igual que yo, con miles de ideas de mujer feminista, fuerte y liberal de cómo actuar en un caso así, pero, nada, ninguna logró salir porque, si, también se asustó. Antes de que los créditos comenzaran a rodar, el ruco se levantó y salió corriendo del cine, evidenciado, por supuesto. Nosotras esperamos un poco y salimos, caminamos de vuelta por las mismas calles, pero ya no era lo mismo, íbamos rápido, nerviosas, volteando para todos lados, amenazadas por cada persona que caminaba cerca, ofendidas en silencio por cada hombre que nos mirara aunque fuera un segundo, hablando de nuestros episodios de agresión sexual en la calle, desde falshers en la escuela, hasta chaqueteros en el metro y de la frustración de no tener la fuerza suficiente para dejarlos inconcientes en el suelo después de una golpiza, de lo insultante que es que nos permitamos ser agredidas por tipos como esos frustrados sexuales que no tienen respeto alguno por la mujer, ni por ellos mismos, por estos patéticos seres que no conocen la civilización, en este país en el que la sexualidad está reprimida por ideas retrógradas y miedos injustificados.

En fin, esta historia de miércoles de 2x1 en la Ciudad de México lo tiene todo, hasta chaquetero de cine. Y, de nuevo en el sentido más torcido, fue todo y más de lo que uno puede esperar.

Fuera de lo gracioso que puede parecer y es esta aventura, sólo quiero decir en serio que me caga, me ofende no poder caminar tranquila por las calles de mi barrio en falda. (PUNTO)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Utaaaaa!!!! De haber sabido antes me hubiera dado vuelo con ustedes, hasta un par de violines les hubiera dado, y ya ves, esto me pasa por buena gente, pero bueno, a la otra que intente agredirlas sexualmente espero la misma paralisis, sin necesidad de con un arma de fuego apuntarles y romanticamente decirles: "hagan como que estan muertas! perras!!!!""

Jar jar jar

besitos

Su charro negro

reja dijo...

uy mijo, después de que tu inmovilizadora resultó ser un mito, creo que será necesario que hagas uso del arma de fuego.

besotes para ti (gratis)