Las voces en mi cabeza

Si, fallé, soy una débil, tristemente adicta a la luz y el color que sale de la cajita negra de 1985 que yace sobre el baúl de latón en mi cuarto... Anoche prendí la televisión!!!!!

Descubrí, muy a mi pesar, que la tele es la única droga capaz de callar las voces en mi cabeza que sólo se dedican a darle vuelta a mis traumas y momentos más dolorosos. La televisión es la única capaz de adormecer a mis demonios.

Así que ayer, a las 2 am. mientras intentaba dormir, bajo las cobijas, con libro en mano, mis pensamientos sólo podían girar alrededor de este fin de semana sin televisor y sin él, pensaba en lo difícil que sería sobrevivir al astío de mi vida y en cómo es que soy tan adicta a compartir mis días con él, cuando recordé que hace unos meses, en mi cumpleaños, yo me fui casi un mes de viaje y él tuvo que pasar varios fines de semana sin mi. Ahí fue cuando los demonios entraron y comenzaron a devorarme con el recuerdo de que durante ese tiempo él me traicionó, me mintió para lastimarme unido a las personas que, en ese momento, eran más cercanas a mi y en quienes confiaba. Sólo podía sentir de nuevo todo ese insoportable dolor de haberlo descubierto mintiéndome y lastimándome como nunca nadie lo había hecho, el dolor de mi vida entera cayéndose en pedazos ante mi, el miedo a que cada vez que nos alejamos él encuentra la manera de rompernos y salvarse del nosotros... Entonces fue cuando decidí prenderla, callar las voces y adormecer, de nuevo, los recuerdos y ese dolor aún tan fresco.

Así que sí, lo acepto, prendí la televisión, pero fue en defensa propia.