enero 08, 2009

My comfy

Hoy regresó de vacaciones Eva, la señora que limpia mi casa, y estuvo un poco desconcentrada. Olvidó sacar la basura, no cambió la arena de Take, no trapeó la sala, en fin no dió una, hasta cambió las sábanas que yo acababa de poner ayer, pero ahí es donde, sin darse ni cuenta, me hizo tan feliz. En su despistado día de limpieza, Eva urgó en lo más profundo del clóset y sacó una sábana individual que ni le queda a mi cama, pero igual la puso. Una sábana que tengo desde que era una niña, mi sábana de Sesame Street, esa que llevé conmigo a Hattiesburg y que compartí con J cuando más lo quise, y esa que hoy mientras me "abraza" me hace sentir tan segura, esa que huele a recuerdos felices, esa que dice que todo va a estar bien.

Gracias Eva por ayudarme, sin saberlo, a encontrar mi lugar feliz.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Past can not be a safe place

reja dijo...

I disagree, past is the safest place. It's done, it's unchangeable, it's anything we want it to be, it's perfect!

Memories are like fairy tales.