¡paralítica!

El otro día, en un intento más de educar al ciudadano, intenté explicarle a un señorsito-burócrata medio YUPPIE que los peatones también tienen el alto en Insurgentes, todo desde la ventanilla de mi auto, sin ningún éxito. El señorsito-burócrata se ofendió muchísimo y comenzó a manotear y a pegar de gritos... Era tal su enojo y frustración que el único insulto que logró salir de su subdesarrolado cerebro fue ¡Paralítica! ¿¿¿Meeeeehhhh??? ¿Desde cuándo ser discapacitado es una ofensa? Lo mejor fue el comentario de la monga-copilota: "Me hubiera encantado no tener piernas" (para que el tipo se cagara de la culpa).

Amé las ganas de molestar, con tal de vengarse del yuppie neurótico la mongola hubiera preferido ser un tronquito... Como aquél al que le quemó la cara en una fiesta (por que el wey se andaba arrastrando)