agosto 07, 2010

Refelexión estúpida sobre los cumpleaños

Nunca he entendido a la gente que odia su cumpleaños, es algo que mi cursi cerebro no logra comprender ¿tan traumático fue nacer? ¿tan triste es envejecer? ¿tan malo es ser querido? ¿demasiada atención? ¿qué puede ser tan malo que prefieren meterse abajo de una piedra y olvidar que ese día existe?

Anduve preguntando por ahí para ver si me ayudaba un poco más a entender ese fenómeno tan común que son los odiacumpleaños y ninguna respuesta me dejó satisfecha. 

Una de las principales fue "¿por qué celebrar un sólo día y no todo el año?", no lo entiendo ¿les molesta tener un día en el que la gente que te quiere se acuerda de ti y te colma de cariño? ¿les arde que los demás días ni los pelen? Deberían de alegrarse, yo prefiero sentirme querida un día a no sentirlo nunca.

Otra clásica respuesta fue "No me gusta envejecer", un punto muy válido, a todos nos da miedo hacernos viejos, pero odiar el día que representa ese camino me huele a una inmensa frustración y un costal lleno de arrepentimientos. Yo también tengo años en que mi vida no va como yo esperaba y me siento frustrada y desgastada, pero nunca me ha dado por odiar el día en que nací. 

Una de las más tristes respuestas que recibí fue "¿Por qué dar regalos sólo ese día?" Pobres, seguro nadie les regala ni un chocolate nunca y están tan desacostumbrados a ellos que les tienen fobia, la sola idea me dan ganas hasta de soltar una lágrima. Para mí un regalo es un pequeño te quiero que siempre me pone el corazón calientito, cuando los doy más que cuando los recibo.

La respuesta que más me ayudó a entender, sobre todo por el caso particular que me llevó a esta reflexión, fue "No me gusta ser el centro de atención" acompañada de "Tener que ver a la gente que has estado evitando todo el año", ahí está, una respuesta honesta que habla de la personalidad de aquellos odiacumpleaños tímidos, antisociales y demás que se sienten abrumados frente a la atención y la constante pregunta "¿Qué vas a hacer para festejar?" creándoles un sentimiento de terror a que llegue ese día en el que todos los que los quieren —y hasta los que no— los bombardeen con preguntas y ganas de verlos, dejándolos asustados abajo de la cama con ganas de aventarle zapatos a quien ose acercarse. Eso lo puedo entender. 

De todas formas, sigo sin aceptar el fenómeno Odio mi cumpleaños. Yo tengo años en que no tengo ánimos de festejar, pero nunca he odiado ese día, me gusta haber nacido y estar aquí y hacerme vieja aunque venga acompañado de frustraciones, enfermedades e incontinencias, yo sí me merezco y sí quiero un día al año en el que soy el centro de atención y me dan regalos y apapachos. Y me molesta mucho el cliché de "soy tan cool que el día que nací es como cualquier otro" ¡No mames! El día del amor y la amistad es como cualquier otro porque lo inventó Hallmark, tu cumpleaños es único, es el día que apareciste en esta vida y empezaste a respirar y debería de ser un día feliz, siempre. 

Para terminar yo declaro que soy una cursi necia empedernida y amo que mis amigos hayan nacido, así que siempre querré celebrar ese día a su lado y darles regalos y recordarles, ese día más que otros, que los quiero y que mi vida es mejor desde ese día en el que nacieron.

He dicho.

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