¿Quién me iba a decir que esa sería la señal para el infierno que se desataría un mes después? Esa fue la última vez que la gente que "me quería" estaría conmigo, después todos, sin excepción, me jodieron la vida.
Y lo que me dule hoy, entre los dolores crónicos, es que me robaron la sonrisa que antes me traía Halloween, que por su culpa esta fecha sea un momento sombría que me aterra, que me llena el corazón y la cabeza de recuerdos, que me hace revivir dolores que no han sanado, que me recuerda lo nefasta que es la gente y lo dolorosa que es la traición. Ahora no quiero disfrazarme, no quiero tallar calabazas, no quiero ni siquiera recordar que existe, y menos aún recordar que anuncia la llegada de mi cumpleaños. Ese día en el que me acabaron de destruir, esa semana en que se unieron en adolescente "complot" para joderme la vida. Esas llamadas –que me costaro miles de pesos en romming– prefabricadas con mentiras y silencios, con descepciones.
Extraño el sentimiento del Halloween, no a las personas, esas no valen la pena y lo han demostrado, grande.
Me quedo con el recuerdo de "La novia maldita" que me hizo tan feliz ese último Halloween:

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