septiembre 22, 2005

De matrimonios viejos

¿Qué hacemos mal que todas nuestras relaciones interpersonales se terminan convirtiendo, sin excepción, en un matrimonio viejo, aburrido y con problemas semi-domésticos que se lo llevan todo al demonio?

Justo en estos días me he topado con una relación que se ha convertido, ya hace tiempo, en uno de esos matrimonios, y ni siquiera es una relación de pareja. De todas formas, estamos en el punto en el que cada pequeño defecto del otro nos parece un gran insulto a nuestra persona y una falta de respeto imperdonable, cada sentimiento está hiperbolizado... Si no me hablaste, si me hablaste, si me viste feo, si no me viste, si me gritaste, si me ignoraste, si me criticaste, si me diste una opinión que no te pedí. Se han roto barreras que uno mismo se inventa y que uno mismo se permite que nos lastimen. Nada parece haber cambiado, pero todo es mucho peor que antes, ya no nos reímos como antes, ya no platicamos como antes, ya no salimos como antes, simplemente ya no es la misma relación de antes, ¿es que la cotidianeidad se la ha ido comiendo?

La pregunta concreta es ¿qué hacer para que ese lodo cotidiano se esfume o al menos parezca menos pesado? Yo no lo sé, eso está claro, tanto que estoy sumergida hasta la cabeza en ese pantano de "ya no es como antes" que lastima, a veces a mi, a veces a la otra parte y, chale, es muy difícil dejar claro que no pasa nada, que el cariño está ahí y no se ha ido ni se irá a ninguna parte. Es muy difícil tratar de nadar en el lodo cuando el otro está tan cansado. Bastante difícil es nadar solo de por sí... ¿De dónde sacas la fuerza para cargar a otro? ¿Te sacrificas por completo? ¿Cumples todas y cada una de sus exigencias? ¿Lo ignoras y lo dejas pasar? La verdad no lo sé y es tanta la cotidianeidad que no me doy ni siquiera el tiempo para sentarme a pensarlo, me cansa, me aburre, me duele, me gasta... porque para mí las cosas tampoco son como antes.

Sólo quisiera encontrar en la risa la salida de esta cotidianeidad de mierda que lo hace todo taaaaan profundo y taaaan pesado. Sentarse un momento y recordar lo sencillo que era ser niños y decirle a un completo extraño "¿quieres ser mi amigo?", así, literal, sin rebusques ni dobles sentidos, sin toda esa pared de mierda que se guarda detrás de las palabras de un adulto... ¡Chale! La amistad era así de sencilla antes, ¿en dónde la cagamos? ¿es que nuestro adulto no sabe ser amigo? ¿es que todas nuestras responsabilidades de "adulto" nos hacen cada vez más aburridos? ¿por qué todos terminamos casándonos hasta con nuestros amigos?

Yo estoy orgullosa de la gente que me rodea, porque son mis hermanos, amigos que yo escogí y que me aceptaron, esa es la relación más fuerte que existe, está colmada de aceptación, de respeto, y de un cariño que pocos entienden o pueden medir. Es ofensivo que nos permitamos que la vida y sus detalles insignificantes puedan ablandar y hasta romper un lazo tan fuerte. No estoy decidida a permitírmelo, así de sencillo, no me voy a dejar comer por el lodo y estoy dispuesta a nadar en él hasta que me ahogue.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo estoy a un tris de cumplir 30 años de matrimonio ya. Tristemente puedo decirte que si se han descompuesto las cosas va resultarte muy arduo componerlas. Requiere sobre todo querer de verdad hacerlo. Tu misma das en el clavo encontrando el quid de las relaciones interpersonales, LA AMISTAD. Analiza si a tus amistades les exiges como a tu pareja, si tus amistades conocen a fondo tu verdadero yo, tu psique, tu felicidad, tu tristeza, tus resortes que activan todo. Como sugerencia adjunta aconsejo, si no la tienes, una actividad generadora de ingresos. Ello hace que los demás te miren con respeto, y sobre todo, que tú te mires con respeto. Una actividad productiva cambia de manera radical el prisma de las cosas. Pero el chiste es no entrar en una competencia, eso lo destruiría todo de un plumazo. En fin podría escribirte un libro pero no es el caso. Es polo toral es, saber ser amigos, sin eso irrebatiblemente es imposible. Y hay que serlo sin obstáculos, sin querer cambiar a la persona, eso no existe.

Anónimo dijo...

Todos los seres humanos, en algun punto ,destruimos lo bueno , lo lindo , lo que nos gusta , nos llena , nos satisface.

Casi, casi , solo por el placer que nos provoca el destruir.