Odio ese maldito recuerdo aferrado en lo más profundo de mi cerebro y nada, pero nada puede hacerlo desparecer. Si estoy viendo la competencia de nado en las olimpiadas, viene; si estoy caminado, viene; si estoy en el baño, viene; si estoy cenando con amigos, viene. No necesito de nada en específico para que el muy maldito recuerdo logre salir a la superfice y joderme la vida.
¡Odio mi recuerdo garrapata!
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