Nos besábamos en el coche, en las madrugadas, a escondidas, llovía y los vidrios siempre se empañaban. Así fue como me enamoré de él.
Un día de lluvia, en el coche, le pregunté: "¿Qué vamos a hacer cuando se acaben las lluvias?". "Nosotros haremos llover", me respondió.
Hoy llueve de nuevo, las mismas lluvias 6 años después, sólo que hoy ya no existimos, ya no nos besamos en la lluvia, y cuando estas se acaben no habrá nadie ahí para hacer llover.
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